El uso de la madera
en carpintería y construcción presenta varias
ventajas ecológicas. En primer lugar, es un recurso forestal renovable cuyo
aprovechamiento sostenible y posterior procesado no perjudica al medio
ambiente. En segundo lugar, no hay que invertir energía para producirla, pues
los árboles utilizan energía solar para su desarrollo. La energía que se
precisa para transformar la madera en
productos finales (puertas, ventanas, muebles, etc.) es sumamente inferior a la
que se necesita para el aluminio, el acero o el PVC. En tercer lugar, cuando
termina el ciclo de vida de la madera, puede reciclarse en nuevos productos
(como tableros), lo cual no ocurre
con muchos otros materiales. Por último,
la madera actúa como sumidero de dióxido de carbono (CO2) y contribuye por
tanto a mitigar el cambio climático.
En el caso concreto de
las puertas, la madera es un material idóneo debido a tres motivos:
1. Tiene una
buena resistencia en comparación con su baja densidad;
2. Posee una
excelente trabajabilidad (mecanizado, unión, etc.);
3. Es un material
con buena disponibilidad.
Todas estas ventajas
técnicas y medioambientales hacen que la
madera haya sido, sea y será el principal material utilizado en carpintería,
principalmente en puertas.
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